COMPETENCIA
El latir de su corazón aumentó notablemente. Ella lo sentía en sus oídos como un enorme tambor interno: Pon-pon. Pon-pon. Vió a la mujer vestida de blanco alejarse un poco mientras reía. Ella, al igual que las otras competidoras permanecían expectantes, dispuestas a luchar hasta las últimas consecuencias para lograr el preciado trofeo que significaría tanto para su futuro. Se veían de reojo, midiendo posibilidades y calculando la táctica a emplear para lograr su objetivo. Mucha gente las miraba con curiosidad, algunas señoras con envidia por el momento próximo.
Pero ya era el momento decisivo. La mujer de blanco que dirigía la competencia se situó en un lugar elevado y se dispuso a continuar. Mostró a las competidoras el elegante trofeo, les dio la espalda y comenzó la lucha.
Algunas de mayor estatura trataron de tomar ventaja, pero otras como Ella, no muy alta, compensaron la diferencia con una mejor posición en el frente. El trofeo estaba ya al alcance de dos o tres competidoras, pero Ella hizo una finta a la más alta y se adelantó un paso a la otra, logrando apropiarse del trofeo ante la admiración de las demás.
Con el ramo de novia en sus manos, se dirigió sonriente hacia su mesa, seguida del aplauso del respetable.
A.R. septiembre de 2010
Pero ya era el momento decisivo. La mujer de blanco que dirigía la competencia se situó en un lugar elevado y se dispuso a continuar. Mostró a las competidoras el elegante trofeo, les dio la espalda y comenzó la lucha.
Algunas de mayor estatura trataron de tomar ventaja, pero otras como Ella, no muy alta, compensaron la diferencia con una mejor posición en el frente. El trofeo estaba ya al alcance de dos o tres competidoras, pero Ella hizo una finta a la más alta y se adelantó un paso a la otra, logrando apropiarse del trofeo ante la admiración de las demás.
Con el ramo de novia en sus manos, se dirigió sonriente hacia su mesa, seguida del aplauso del respetable.
A.R. septiembre de 2010