CORRUPCIÓN+IMPUNIDAD=MÉXICO
Se es corrupto por que se es impune, cuando deje de haber impunidad, la corrupción disminuirá notablemente. Mientras el gobierno lo tolere como un "mal necesario" y como una solución inmediata a las exigencias de los burócratas por mejor sueldo, seguirán concediendo el "salario más las buscas" y el "ahí me llevas", invitación descarada a compartir lo robado.
La tolerancia que todos los ciudadanos concedemos a la "mordida" ha llegado a justificar su existencia como una manera expedita de solucionar las violaciones a reglamentos e incluso a leyes.
Sin embargo, todos sentimos enojo cuando alguien, normalmente con poder oficial, nos exige el clásico mordisco para agilizar algún trámite o para ignorar alguna falta y, aunque normailmente cedemos, pues nos conviene hacerlo para ahorrar tiempo o evitar una multa, no dejamos de protestar por el abuso del que somos objeto.
Y es que la corrupción se contempla desde la más temprana edad. Desde niños sabemos que el regalito al profesor o a la maestra servirá para mejorar nuestra calificación y lo hacemos con la complicidad de nuestros padres que son los que compran el mentado rewgalo, pero ellos lo ven como una inversión y lo toleran.
Posteriomente, una vez dentro del mercado laboral y, rodeados de corrupción, no tenemos otro camino que seguir más que el presentado por el sistema.
Cada vez que un candidato a algún puesto de elección popular hace la consabida campaña, menciona como una de sus principales tareas, "si el voto popular lo lleva al triunfo" acabar con la corrupción, sin embargo, la mencionada campaña es ya un acto de corrupción, pues la compra de votos en especie (despensas o atados de láminas) o en efectivo, lo demuestran. De manera que si alguien llegado al poder quisiera encerrar a todos los corruptos, sinceramente creo que sería difícil encontrar quien cerrará por fuera la reja.
Esto nos hace pensar que, así como el problema de la corrupción, hay varios que aquejan a nuestra sociedad, mismos que no podrán ser combatidos con un simple cambio de presidente, sino que es necesario ir más allá, esto es a un cambio de sistema, que sin llegar al despotismo y "mano de hierro" nos brinde a los mexicanos la posibilidad de influir en la toma de decisiones de nuestros gobernantes, mismos que deberán "mandar obedeciendo" como bien dice el subcomandante Marcos.
Angel Ramos, febrero de 2011
La tolerancia que todos los ciudadanos concedemos a la "mordida" ha llegado a justificar su existencia como una manera expedita de solucionar las violaciones a reglamentos e incluso a leyes.
Sin embargo, todos sentimos enojo cuando alguien, normalmente con poder oficial, nos exige el clásico mordisco para agilizar algún trámite o para ignorar alguna falta y, aunque normailmente cedemos, pues nos conviene hacerlo para ahorrar tiempo o evitar una multa, no dejamos de protestar por el abuso del que somos objeto.
Y es que la corrupción se contempla desde la más temprana edad. Desde niños sabemos que el regalito al profesor o a la maestra servirá para mejorar nuestra calificación y lo hacemos con la complicidad de nuestros padres que son los que compran el mentado rewgalo, pero ellos lo ven como una inversión y lo toleran.
Posteriomente, una vez dentro del mercado laboral y, rodeados de corrupción, no tenemos otro camino que seguir más que el presentado por el sistema.
Cada vez que un candidato a algún puesto de elección popular hace la consabida campaña, menciona como una de sus principales tareas, "si el voto popular lo lleva al triunfo" acabar con la corrupción, sin embargo, la mencionada campaña es ya un acto de corrupción, pues la compra de votos en especie (despensas o atados de láminas) o en efectivo, lo demuestran. De manera que si alguien llegado al poder quisiera encerrar a todos los corruptos, sinceramente creo que sería difícil encontrar quien cerrará por fuera la reja.
Esto nos hace pensar que, así como el problema de la corrupción, hay varios que aquejan a nuestra sociedad, mismos que no podrán ser combatidos con un simple cambio de presidente, sino que es necesario ir más allá, esto es a un cambio de sistema, que sin llegar al despotismo y "mano de hierro" nos brinde a los mexicanos la posibilidad de influir en la toma de decisiones de nuestros gobernantes, mismos que deberán "mandar obedeciendo" como bien dice el subcomandante Marcos.
Angel Ramos, febrero de 2011
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