Saturday, September 11, 2010

POR QUÉ OPINO QUE NO HAY NADA QUE FESTEJAR

Mi muy personal opinión es que no tenemos nada que festejar en este tan cacareado bicentenario.
No podemos festejar independencia cuando es tan notoria la intromisión de USA en los asuntos de México. Los capitales que lucran en el país son en su mayoría, extranjeros. Nuestro gobierno, debido a los préstamos que ha obtenido del Banco Mundial, tienen que seguir las directrices que EEUU le dicta en materia económica. El poderío de los grandulones del norte introduce por medio de la televisión, su cultura. La música, la manera de vestir y hasta el idioma han sido impuestos por la tv, quien, a manera de un loro, sólo repite lo que dicen los gringos en sus series, por cierto, plenas de violencia y ñoñería.
No podemos festejar una independencia cuya lucha emprendida por Hidalgo y seguida por Morelos, fue interrumpida por los que le siguieron y quedó trunca sin haber llegado a consumarse.
En cuanto a la revolución, nunca hubo tal, sólo una lucha de grupos, sin una ideología definida por la que luchar. Cierto es que el combate por la revolución se inició y fue seguida por varios individuos que realmente querían cambiar el estado político, social y económico del pueblo mexicano. Pero esa lucha terminó con la muerte de Villa y Zapata. Nunca se llevó a cabo la tal revolución. Los bastardos de siempre,los que sin amor a la patria se abanderaron como revolucionarios, sólo buscaron su provecho personal convirtiendo en partido político,el nefasto PRI, al intento de revolución.
Por eso digo que no tenemos nada que festejar. Si conmemorar, recordando aquellos luchadores limpios que enarbolando las ideas de gente como los hermanos Serdán, cayeron luchando por una bandera que luego fue envilecida por los sátrapas "robolucionarios".
Me decía alguien que no estamos igual que hace 200 años Desde luego que no, pero esto no es debido a ninguna independencia ni revolución. Eso se llama evolución y es un proceso natural en toda sociedad.
Por eso invito a quien lea esto a conmemorar. A conmemorar esos hermosos intentos que la historia nos narra y que, en su momento, debemos continuar para honrar la memoria de esos hombres y mujeres que sacrificaron su vida en defensa de un ideal.

A.R. septiembre de 2010

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