BICENTENARIO
Aquella noche, el presidente lo había decidido: para la ceremonia del "grito" en aquel año del Bicentenario, se haría acompañar por la mexicana que había obtenido el título de Miss Universo el mes pasado. Cada año hacía lo mismo con la figura de moda, bien podía ser un boxeador, un futbolista, un intelectual o una actriz. Su proceder populista era notorio.
Al día siguiente, ordenó a su secretario que invitara a la miss, o que de hecho la citara para la fecha indicada, la orden era clara: no se aceptan negativas. De manera que la miss fue invitada y programada para la inolvidable noche bicentenariosa.
Aquella noche gloriosa del 15 de septiembre de 2010, todo estaba listo para el gran momento. En el interior del Palacio Nacional, los 500 invitados lucían sus mejores galas, los diplomáticos de varios países sonreían a todo lo que se moviera y el presidente se mostraba feliz. Un ayudante que entró en el gran salón, murmuró algo al oído del presidente, este le respondió y el ayudante partió.
La ceremonia fue tan brillante como en años anteriores y la cena muy agradable como lo relatarían los diarios al día siguiente.
Cuando le fue rendido el Parte Militar de la noche anterior al presidente, escuchó lo siguiente: Señor Presidente: los soldados encargados de resguardar la entrada de Palacio Nacional, reportan SIN NOVEDAD, con sólamente un individuo golpeado y detenido por pretender entrar, alegando ser el novio de Miss Universo. ¡Cómo si esos títulos fueran reconocidos en nuestro país!
A.R. agosto de 2010
Al día siguiente, ordenó a su secretario que invitara a la miss, o que de hecho la citara para la fecha indicada, la orden era clara: no se aceptan negativas. De manera que la miss fue invitada y programada para la inolvidable noche bicentenariosa.
Aquella noche gloriosa del 15 de septiembre de 2010, todo estaba listo para el gran momento. En el interior del Palacio Nacional, los 500 invitados lucían sus mejores galas, los diplomáticos de varios países sonreían a todo lo que se moviera y el presidente se mostraba feliz. Un ayudante que entró en el gran salón, murmuró algo al oído del presidente, este le respondió y el ayudante partió.
La ceremonia fue tan brillante como en años anteriores y la cena muy agradable como lo relatarían los diarios al día siguiente.
Cuando le fue rendido el Parte Militar de la noche anterior al presidente, escuchó lo siguiente: Señor Presidente: los soldados encargados de resguardar la entrada de Palacio Nacional, reportan SIN NOVEDAD, con sólamente un individuo golpeado y detenido por pretender entrar, alegando ser el novio de Miss Universo. ¡Cómo si esos títulos fueran reconocidos en nuestro país!
A.R. agosto de 2010