Cantinela dominguera

I
El sitio luce oscuro
aunque es temprano;
la población flotante
(en el más estricto sentido
de la palabra) no es numerosa;
si entusiasta.

II
La rockola vomita su estruendo
en la misma cara de los presentes.
Enervándolos.

III
Un bolero señala mis botas
mientras murmura algo inaudible.
Lo rechazo con la mirada
y él me insulta con la suya

IV
En una mesa vecina
unos futbolistas domingueros
portando uniformes embarrados
practican el autogol
con singular éxito.

V
El barman lujurioso
desflora botellas
para embarazar copas
y prostituírlas.

VI
Un borracho triste
contempla su vaso semivacío
¿O, semilleno?
Pensando que es el último de hoy.
¡Ya no tengo dinero! Exclama.

VII
Un par de, supongo amigos,
compiten para saber cual de los dos
eleva más la voz
al relatar mentiras
o al menos exageraciones.
¡Resultan empatados!

VII
Otro enseña a sus compañeros de mesa
una fotografía, ellos festejan
escandalosos y albureros;
mientras él mienta madres
y grita: ¡Es mi hija!
Todos ríen.

IX
Yo mastico un huevo hervido
rociado con chile en polvo
mientras pido otra cerveza.
"La última y me voy"
pienso resignado.
Me quedé picado,
no encontré amigos.
Hay que chambear mañana.
Otro día, otra bronca,
¡Otro pedo!

febrero de 2010